lunes, 23 de septiembre de 2013

Análisis de la mujer en “Teresa la Limeña”

Por: Jhon Correa Serna

La mujer en la novela de Soledad Acosta de Samper, se representa con grandes rasgos de las latinas contemporáneas, algunos de ellos son: la dulzura, la sencillez, la sinceridad, la amistad, la envidia, la lealtad, la ambición, entre otros. Así mismo, se marcan dos facetas sociales, la primera es la refinada, la cual hace parte de la clase alta. Tienen dinero para asistir a los mejores eventos o simplemente aparenta tenerlo como lo hacía Rosita –amiga de Teresa-. La segunda es la criada, la cual es la encargada de realizar la diversidad de quehaceres en las casas de las anteriormente mencionadas, estas solo figuraron en el trasfondo de la novela, ya que siempre se referían a ellas por el cargo que desempeñaban -criada- y nunca por su nombre.

Las que hacían parte de buenas familias, en este análisis llamadas refinadas, tenían la oportunidad de estudiar en el exterior, viajar y aprender varios idiomas, por su parte, las criadas eran poco mencionadas y solo se les llamaba para darle ordenes. 

El discurso de las mujeres variaba según su posición social, experiencia y educación, por ejemplo, el de Teresa y el de Lucila Montemart, a la edad de 14 y 15 años, estaba basado en los pilares de las novelas románticas de los autores Lamartine, Madama de Lafayette, Racine, Corneille, entre otros, así lo demuestra la siguiente cita, “Lucila, con aquel carácter dulce que la distinguía, soñaba con un porvenir en paz, al amparo de algún castillo viejo, feliz con el amor del ser que amaba con su imaginación. 

Teresa, de índole ardiente y entusiasta, no deseaba esa tranquilidad y paz, soñaba con una vida agitada; deseaba hallar en su camino algún joven romántico, desgraciado, a quien debería sojuzgar después de mil aventuras peligrosas”. Cuatro años después Teresa era una mujer más sensata, seria, sincera, honesta, hermosa, leal con su amiga Lucila y sobre todo soñaba con el verdadero amor, “amar y ser amada era su delirio, el ideal de su vida, único sentimiento que creía podía llenar una existencia”. Por su parte, Lucila estaba pálida, triste y achacada por su enfermedad, se veía más vieja, su corazón y su vida estaban ligados al amor que sentía por su primo -Reinaldo-.

Ya el de otras mujeres, como el de la madre de Teresa, estaba edificado en la soledad mezclado con la serenidad, ya sea esto por los achaques de su salud o por gusto personal de la mencionada dama.

La señora de Montemart –Madre de Lucila-, mujer que sufrió mucho por la enfermedad de la hija y la locura de su marido, a pesar de esto, en la novela se percibe con gran apacibilidad y calma.

La señora de Ville –tía de Lucila-, madre de Reinaldo, mujer que en la novela tuvo varios viajes y que estuvo en los últimos años muy pendiente de la familia de Lucila, especialmente de ésta última, la cual vivió a su lado por vario tiempo.

Carolina Perdomo –rival de Teresa por el cariño de Arturo-, mujer casada, sin escrúpulos, debido a que engañaba a su esposo con otros hombres, con la complicidad de amigas como Rosita, la cual guardaba sus cartas para evitar sospechas del mencionado hombre.

Rosita Cardoso –amiga de Teresa-, joven ambiciosa de poco dinero, se valía del de sus amistades y aprovechaba cada circunstancia para beneficiarse a sí misma.

Margarita –esposa de Reinaldo-, mujer de extrema riqueza, solo buscó con su matrimonio alcanzar el título de noble, pues al ser una condesa sería más admirada en los eventos y podría atraer a sus salones la sociedad.

Y por último, Adelina –hija de Reinaldo-, pequeña que representaba la inocencia y dulzura en parte de la novela, le produjo tantas alegrías como tristezas a Lucila, sí tristeza, cuando le contó con ingenuidad lo que había sucedido en el carruaje con Teresa y Reinaldo.

La forma de ver el mundo y de moverse en él de estas mujeres está marcado por la experiencia de cada una y las circunstancias del momento de la historia. Por ejemplo, cuando Teresa se enamoró de Roberto estando casada con León, los sucesos la llevaron a hacer hasta lo imposible por alejarse del mencionado sujeto, el cual despertaba en ella grandes emociones y anhelos, por esto, al rechazar la atracción  y pasión que sentía por dicho hombre, logró concebir un gran respeto por el compromiso que había adquirido con su esposo.

Por otro lado, el personaje de Rosita se presentaba con pocos escrúpulos, su vida giraba en torno a la sociedad, quería ser reconocida y por esto se volvía amiga indispensable de las mujeres más acaudaladas de Lima, con el propósito de figurar al igual que ellas o más que ellas si era posible. Otra que tenía intenciones similares a las de Rosita era Margarita, la cual no le importó concebir un matrimonio a cambio de un estatus. Acá es cuando empiezan a figurar los dos matrimonios que se realizaron por conveniencia y no por amor, el de Teresa con León, la cual no tuvo más opción de salvar el capital y negocios de su padre al comprometerse. Y el de Reinaldo que por preservar el capital de su familia se casó con la opulenta Margarita.

Por su parte, las mujeres más adultas como la señora de Ville y la señora Montemart se percibían respetuosas, siempre ocupadas en sus asuntos y sin incomodar a los demás, la primera se dedicaba a sus negocios y la segunda al hogar donde residía con su esposo y algunas veces con su hija Lucila. 

Para terminar, las criadas no fueron trascendentales en la novela, siempre eran mencionadas en planos secundarios, las acaudaladas frecuentaban gran variedad de eventos, practicaban música, tanto instrumental como vocal, también leían gran variedad de novelas y viajaban, cuando no tenían ánimos decaían, se deprimían y algunas morían de tristeza o desamor como le sucedió a Lucila.

¿Insomnio o vecinos infractores?

Por: Jhon Correa Serna

Eran las 9:20 de la noche aproximadamente, el calendario marcaba el día 6 septiembre del corriente año, doña Oliva de 59 años, se encontraba viendo televisión mientras su esposo, don Juan de 63 años, se preparaba para irse a dormir, pasada una hora, ya ambos estaban al fin descansando en la comodidad de su alcoba. Esa noche como muchas otras no pudieron conciliar el sueño, no era por el insomnio sino porque moraban al lado de una taberna. Ésta conocida como El Fogón, establecimiento crossover donde aproximadamente rumbean 100 personas al ritmo del vallenato, el reggaetón, el merengue y la electrónica.
Los niveles de ruido en el municipio de Bello son cada día más intolerables, en realidad, no se sabe cómo las personas logran trabajar y estudiar, en general, hacer sus labores cotidianas y sobre todo, conciliar el sueño en las horas de la noche, debido al alto número de locales comerciales infractores.
Las conocidas zonas de rumba, las construcciones y el tráfico vehicular son los principales factores de contaminación acústica en el municipio y por ende, se considera que deberían estar aparte de los hogares, pero lastimosamente en dicho municipio y en muchos otros sucede todo lo contrario.
Los transgresores de las normas -establecimientos nocturnos, restaurantes, bares, fiestas privadas, congregaciones de personas y estancos-, se olvidan de que conviven con familias, donde en muchas de ellas se encuentran personas enfermas, discapacitadas, mayores de edad y en general, seres humanos que necesitan dormir y descansar en las noches como supuestamente debería ser. 

No obstante, el desarrollo en las grandes ciudades hace que ineluctablemente sea cada día más frecuente que en una misma zona se apruebe el uso del territorio para diferentes actividades, donde lo residencial se mezcla con lo comercial, por eso, se podría decir que lo que ocurre con la familia de doña Oliva, que vive al lado de un bar es totalmente legal, como lo que pasa con muchas otras familias y organizaciones. 

Independiente de quien haya llegado primero. Bares, familias y organizaciones pueden estar uno al lado del otro, eso es lo que en la contemporaneidad permite la ley.
Armando lozano, director de Norma Urbana de la ciudad de Bogotá dice: “un bar puede convivir al lado de una familia siempre y cuando cumpla con las normas del ruido”, además, asegura que éstos pueden estar en cualquier zona, ya que esa actividad es un fenómeno propio del urbanismo del mundo, sin embargo, la mayoría de bares de nuestro municipio incumplen las normas y es tan insípida para ellos que algunos se atreven a sacar y colgar bafles en sus fachadas.
Es importante que las víctimas de dicha vulneración, sepan que existen unos parámetros legales en el país que aparentemente los protege de la indiferencia, dicha ley es la siguiente, según la resolución 627 de 2007, el horario diurno es: 7:01 a.m. a 9:00 p.m. y el nocturno es de 9:01 p.m. a 7:00 a.m. para regular el ruido, las ciudades tienen cuatro tipos de sectores, en los que se manejan diferentes decibeles, -unidad de referencia para medir la potencia de una señal o la intensidad de un sonido, según la Universidad Nacional de la Plata-.
El sector A -tranquilidad y silencio- lo componen hospitales, bibliotecas, guarderías, hogares geriátricos. En éste son permitidos hasta 55 decibeles día y 50 de noche, éstos asemejan al ruido normal de una casa por las conversaciones, el paso de los vehículos y el uso de los electrodomésticos, algo a resaltar es que si alguno de estos ruidos es incomodo al oído ya puede estar superando el nivel máximo permitido por la ley.
El sector B -tranquilidad y ruido moderado- lo conforman residencias, unidades de apartamentos, hoteles, colegios y universidades con 65 decibeles día –equivalente al sonido de una aspirador- y 55 de noche.
El sector C -ruido intermedio restringido- incluye cuatro subniveles, el primero incluye zonas con usos permitidos industriales, como industrias en general, zonas portuarias, parques industriales, zonas francas y es legal 75 decibeles tanto de día como de noche. Dicho ruido es equivalente al sonido de una pulidora.
El segundo subgrupo son las zonas con usos permitidos comerciales, como centros comerciales, almacenes, locales o instalaciones de tipo comercial, talleres de mecánica automotriz e industrial, centros deportivos y recreativos, gimnasios, restaurantes, bares, tabernas, discotecas, bingos, casinos, este grupo tiene permitido 70 decibeles de día y 60 de noche.
El tercer subgrupo comprende zonas con usos permitidos de oficinas e instituciones, de día pueden emitir 65 decibeles igual que en la noche. Y el cuarto comprende zonas con otros usos relacionados, como parques mecánicos al aire libre, áreas destinadas a espectáculos públicos al aire libre, tienen permitido 80 decibeles de día y 75 de noche.
Por último el sector D -zona suburbana o rural de tranquilidad y ruido moderado- lo componen zonas residenciales suburbanas, zona rural y reservas naturales así como parques naturales con 55 decibeles día y 50 de noche.
Según la Secretaría Distrital de Ambiente, el ruido es uno de los impactos ambientales que más afecta a la ciudadanía de manera directa, generando problemas auditivos y extra auditivos, algunos de éstos son: el estrés, la pérdida del sueño, la ansiedad, la depresión, conductas agresivas o cambios de comportamiento, baja productividad entre otros. 

Dichas problemáticas no están directamente relacionadas con la perdida de la audición sino con la alteración de la tranquilidad y el bienestar social de la población, por esto, es de suma importancia que los infractores recapaciten y eviten al máximo quebrantar la norma.
El Doctor Ferran Tolosa Cabaní, realizó una investigación de la variación de intensidad del ruido en decibeles y valoración subjetiva de su percepción, los siguientes son los resultados: la exposición a 30 dB es de carácter débil, -acto para todas las personas-, a 70 dB la nombró fuerte –perniciosa para el ser humano- y de 130 dB la consideró umbral de sensación dolorosa -puede generar serias consecuencias auditivas en el ser humano-.

El hogar de doña Oliva como el de muchos más ciudadanos está siendo sometido a la degradación de su ambiente, en este caso, por la contaminación acústica proveniente de su vecino –Taberna El Fogón-, que ha quebrado la tranquilidad repercutiendo negativamente en su salud y la de su esposo.


Documental Maltrato Hacia la Mujer

Documental basado en una víctima de maltrato residente en la ciudad de Medellín, más específicamente en el barrio La Avanzada sector El Trébol, la cual cuanta relatos de su vida, por otro lado representantes de ONG y profesionales conocedores del tema explican que hacer en este tipo de casos y por que se presentan en la ciudadanía.





miércoles, 12 de junio de 2013

Suicidio asistido o muerte digna

Por: Jhon Correa Serna

En la noche del 18 de agosto de 1985, el médico Franz Pesendorfer, le provocó la muerte asistida a su hermano de 54 años, con su consentimiento, éste padecía síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Acompañado de dos enfermeras, Franz le inyectó al enfermo Heptadon, un sintético con cualidades de analgésico, su dolor pareció disminuir y poco a poco dejó de respirar.

La opinión pública conoció el caso el 16 de abril de 1989, por una publicación en el periódico El País de España, y posteriormente el asesinato de 49 pacientes más, los cuales fueron inyectados sin su consentimiento, ni el de sus familiares por las mismas enfermeras. Esta noticia generó polémica, porque este fenómeno, conocido como la eutanasia solo era permitida en Austria –país donde sucedieron los hechos-, con el consentimiento de las personas enfermas. Pesendorfer, declaró que solo buscaba terminar con el sufrimiento de su hermano y por eso tomó la decisión de cumplirle su última voluntad al aplicarle dicha dosis.

Casos similares se replican en la historia de la humanidad, como el de una enfermera belga que asesinó a sus dos hijos discapacitados por sentirse incapaz de cuidarlos, también el de John Wise, que acabó con la vida de su esposa, porque tenía tres aneurismas -ensanchamiento en uno de los conductos cerebrales sanguíneos-, y por último, el de Jhon Quintero, un joven que padecía esclerosis lateral amiotrófica -que degenera los musculos-, quien fue asistido por el médico colombiano, Gustavo Quintana. Muchos se basan en la excusa de ofrecer una muerte digna a las personas con enfermedades terminales, en muchas ocasiones se deja a un lado la perseverancia de una familia y de un cuerpo médico que trata de demostrar que se puede triunfar ante cualquier tipo de enfermedad.

Según el Diccionario de la Lengua Española, la palabra eutanasia es la acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su muerte con su consentimiento o sin él.

En la sociedad posmoderna continúa causando conmoción la práctica de la eutanasia en los pacientes terminales. Quienes apoyan este procedimiento aseveran que surge desde sentimientos y emociones particulares como piedad, compasión, lástima, clemencia, entre otros. Además, niegan la satanización que se le quiere dar al proceso, ya que lo están considerando como odio, resentimiento y rencor. Por esto, consideran que esta actividad no puede calificarse como un delito desde los cargos de homicidio o suicidio, porque no se está acabando con la vida de una persona saludable sino con una que está en pésimas condiciones humanas.

El uso que hacen de la eutanasia algunas personas con cargos en el campo de la salud los lleva a cometer actos atroces contra la vida de los pacientes, ejemplo de esto, fue lo sucedido en el 2012 en la ciudad de Montevideo, Uruguay, con el caso “ángeles de la muerte”, -como se le conoce a los casos de un tipo de asesinato en serie, gracias a los sociólogos Gresham Sykes y David Matzalos, con su teoría de la neutralización-, en donde murieron 16 personas con enfermedades graves pero ninguna terminal, en manos de tres enfermeros, dos hombres y una mujer.

Por otro lado, quienes rechazan la eutanasia consideran que el enfermo terminal merece ser tratado como un humano con una dignidad, unos principios y unos valores que los adquirió a lo largo de su coexistir, por esto, debe respetársele y aunque tenga poco tiempo de vida debe ser tratada su enfermedad hasta el último segundo. No debe tratarse de acortarle su tiempo de vida sino buscar una buena atención médica, psicológica y evitar todo tipo de ensañamiento terapéutico.

El derecho a la vida, es un bien primario, fundamental e intrínseco para toda la humanidad, cobra cada día más importancia en el entorno social, sin embargo, retardarle la muerte a una persona terminal, incrementándole su dolor y agonía podría concebirse como un abuso y una prolongación de vida inútil, debido a que arduos tratamientos y terapias solo alargan la vida pero no curan la enfermedad, no obstante, un enfermo tiene el derecho de exigir los cuidados pertinentes para conservar su existencia, pero ¿la prolongación de la vida de un enfermo terminal colisiona con el derecho a morir dignamente?

El deseo de morir o vivir de muchos enfermos que día a día luchan contra los efectos físicos y psicológicos de las enfermedades, puede hacer que varios de estos se nieguen a aceptar la eutanasia como remedio a su dolor, ya que pueden culminar sus días al lado de los suyos con los cuidados paliativos y/o intensivos.

Los cuidados paliativos tienen como principal objetivo eliminar todo tipo de dolor físico en el paciente, esto lo obtienen con la utilización de calmantes o analgésicos, además, implican llevar a la persona a un estado de confort, pese a la situación en que se encuentre su salud. Una cualidad de suma importancia de los cuidados paliativos es el acompañamiento al enfermo con el fin de evitar altos niveles de sufrimiento moral por la aproximación de la muerte. 

Por su parte, la unidad de cuidados intensivos, UCI, consisten en prolongar la vida de la persona mediante terapias constantes y atención durante las 24 horas del día. En estas unidades trabajan profesionales calificados con el fin de brindar la debida atención a los pacientes.

Tanto los cuidados paliativos como la UCI son alternativas que buscan prolongar la vida o en su defecto sobrellevar las consecuencias de una intensa agonía en el paciente. Desde un punto de vista ético y moral, son una buena decisión, ya que son menos controversiales que la eutanasia, procuran aliviar el dolor físico y conservar  la dignidad en la persona.

La eutanasia aplicada por compasión o por el rechazo mezquino de tratar a quien ya no puede hacerlo por sí mismo, alcanza a considerarse como una falsa misericordia, ya que la verdadera compasión procuraría buscar un sentimiento de solidaridad, acompañamiento y soporte en los últimos días de los enfermos, no asesinarlos por su fuerte dolor y/o agonía con el pretexto de brindarles una muerte digna.

Después de esa noche del 18 de agosto, Franz fue chantajeado por las enfermeras que sabían del método que había utilizado para culminar la vida de su hermano, sin embargo, él las demandó ante las autoridades competentes por los crímenes a sangre fría y sin ningún reparo ético que habían ocasionado a los 49 enfermos del Hospital Krankenhaus Lainz de la capital de Austria. La investigación policial concluyó con la encarcelación de las enfermeras y la libertad de Pesendorfer.



“Los argonautas del pacífico occidental”

Por: Jhon Correa Serna.

Este trabajo esta basado en el escrito "Los Argonautas del pacífico occidental", del antropólogo y etnólogo británico Bronislaw Malinowski, y tiene como finalidad presentar percepciones, críticas u opiniones.
"El método de etnografía se caracteriza por generar una estrecha confianza con las fuentes a abarcar, pero la fuente etnográfica tiene dos maneras de aplicarse, la primera es la observación directa; en la cual el etnógrafo parte de su experiencia, sentido común y conocimientos para relatar, deducir e interpretar la realidad social y psicológica de la población a investigar. La segunda son las exposiciones e interpretaciones del indígena, estas en general se transcriben, también se realizas investigaciones a partir de método biográfico el cual consta de relatos personales de los habitantes, en los que cuenta su forma de sobrevivir en los campos económico, social y psicológico especialmente. Para utilizar estas dos herramientas del método etnográfico es importante reiterar la necesidad de crear un vínculo de confianza con la población a intervenir.



El trabajo de campo se debe iniciar con una visita de reconocimiento a la población, esta visita necesita de un guía, la esperanza de todo etnógrafo es que al realizarla, las próximas sean más cómodas. En las futuras visitas se debe ser cordial, empezar el trabajo de investigación por cosas sutiles que no alteren a la población, en el caso de Malinowski, empezó por la tecnología, indagó que herramientas utilizaban, para que las manejaban y los nombres que le daban, además buscaba un acercamiento más adyacente a ellos.
En el proceso de investigación es importante realizar el censo, con el fin de saber las condiciones sociales, superficiales en las que sobrevive la población, este proceso se debe realizar al inicio con el fin de ir ganando confianza con los habitantes y de esta manera poder indagar en los temas de interés.
Una  de las condiciones para el trabajo etnográfico es fundar dos campamentos, uno debe estar situado cerca de los campamentos de los habitantes a investigar, esto para convivir con ellos, ganarse su confianza y recolectar información a cada instante. El otro campamento debe estar con la población afín al investigador, este se utiliza para salir y despejarse del trabajo de investigación, también para recuperarse de enfermedades y guardar los alimentos. Cabe destacar que ambos campamentos deben estar lo más alejado posible con el propósito de evitar que el etnógrafo descuide la población a investigar y comparta más tiempo con sus similares. Es una buena estrategia de supervivencia y adecuación para el investigador crear estos dos espacios, ya que debe tener una buena comunicación y contacto con ambas poblaciones, es entendible que se debe convivir más con la localidad a investigar, pero el contar con un sitio fuera del contexto investigativo habitual es fundamental para el esparcimiento y salud del etnógrafo.
Con el tiempo el investigador va formando parte de la cotidianidad de la comunidad, esta última va perdiendo el temor, la desconfianza y se empiezan a tomar al etnógrafo como uno más de la región. Este es el objetivo del campamento en el campo de investigación, sin embargo el investigador debe compartir y hacer parte de las actividades que realizan los pobladores para así crear una relación más estrecha con ellos.
El investigador además de tener una preparación teórica aceptable y estar actualizado con los datos de la población a intervenir debe emplear los diversos métodos activos de investigación; esto es buscar la información, indagar constantemente y no delimitar el campo de investigación, enfocándose solo a una actividad, ya que si lo hace tendría desventajas en su proyecto.
En la investigación se conoce con el concepto de etnografía a “los resultados empíricos y descriptivos de la ciencia del hombre y la palabra etnología para las teorías especulativas y comparativas”. Según el señor Malinowski. Pero el propósito de la etnografía y su trabajo con las poblaciones es brindar una estructura clara de la población investigada, abarcando sus hábitos, costumbres, creencias, forma de sobrevivir en su entorno etc.
El investigador tienen el deber de averiguar y presentar todas las reglas y normas de la población, con el fin de generar la estructura de la región, está a la vez debe contener una lista de términos que incluya datos al respeto de sus significados, así mismo, debe recolectar antecedentes acerca de la manera de actuar de los habitantes frente a hechos extraordinarios y casuales de esta manera comprender más su anatomía cultural. Es substancial utilizar el método empírico para la recolección de la información planteada anteriormente, debido a que sí plantea un modelo teórico podría no ser aplicable para la necesidad del contexto. La información recolectada debe ser tratada y organizada estratégicamente una manera de clasificarla es realizando esquemas, mapas conceptuales y gráficas, estos modelos de ordenar información son prácticos tanto para el estudio - análisis, como para la presentación de la investigaciones a terceros, debido a que toda la información es mas concisa y clara.
Los amateurs se han convertido a lo largo de la historia en competencia para los etnógrafos, sin embargo el etnógrafo estudia más a fondo todos los hábitos y comportamientos de las tribus a investigar, además recopilan la información de los fenómenos que no se obtienen  por medio de entrevistas y mucho menos con el análisis de documentos, esta información se recauda por medio de la observación de la realidad, viven el momento y lo registran, registran el comportamiento de los habitantes frente a sucesos casuales y ceremonias “formales”, es importante que el investigador cuente con un diario de campo – etnográfico, ya que al paso del tiempo los comportamientos inusuales pasaran a ser conocidas. Por su parte los amateurs se encargan de publicar los hechos superficiales de las poblaciones, no profundizan ni les importa hacerlo.
Acerca de las concepciones, opiniones y formas de expresión de los habitantes a investigar, el etnógrafo debe hallar la manera de examinar e interpretar las formas comunes de pensar, comunicarse y actuar de los pobladores, ya que la cultura influye mucho en estos comportamientos y por medio de ella se fundaron unos patrones estándares de conducta, los cuales usualmente se trasmiten de generación en generación y en algunas tribus estos modelos de comportamiento se transmiten de carácter implícito.
Para finalizar concluyo con las tres fases dadas por Malinowski, en las cuales se basa todo el trabajo etnográfico, el cual tiene como finalidad entender los comportamientos de otras culturas y sujetos.
1. “La organización de la tribu y la anatomía de su cultura debe recogerse en un esquema preciso y claro. El método  de documentación concreta, estadística, es el medio que permite construir tal esquema.
2. Dentro de este entramado hay que insertar los imponderables de la vida real y el tipo de comportamiento. Estos datos se consiguen gracias a la observación minuciosa y detallada en forma de una especie de diario etnográfico, posible a partir de un estrecho contacto con la vida indígena.
3. Una colección de informes, narraciones características, expresiones típicas, datos del folklore y fórmulas mágicas que se agrupan en el corpus inscriptionum, exponente de la mentalidad indígena”.



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